Tras haber dado a conocer en mi anterior publicación el
secreto de la luz, los orígenes de Palencia, en esta ocasión presento públicamente algo que
me ha costado meses de
investigación averiguar de manera
particular, un descubrimiento que cambiará para siempre la historia de la
ciudad de Palencia, algo que como he venido insistiendo desde hace ya algunos
meses hará que Palencia al final sea conocida como una ciudad única en el
mundo.
Como recordareis, el último sorprendente hallazgo en el que
finalicé mi anterior relato era que la subida de menor pendiente del cerro próximo a nuestra ciudad, conocido como el
Cerro de San Juanillo, tenía la misma dirección que la recta que indica el
lugar por el que sale el sol en el solsticio de verano, el 21 de junio.
Llegué a la conclusión que esta misma alineación se producía
en el Pico del Tesoro, en la catedral de Palencia y en la Cripta de San Antolín.
Cuanto más datos comprobaba me daba cuenta que tales coincidencias no podían
ser casuales, y entonces comencé a centrar
mi atención en el cerro de San Juanillo, cerro gemelo del cerro del Otero,
situado en un extremo del barrio del Cristo.
En primer plano el Pico del Tesoro, al fondo los cerros de San Juanillo y del Otero. |
Desde siempre, ya desde pequeño,
me llamó la atención la similitud que existen entre ambos cerros, tanto que en
fotografías antiguas anteriores a 1931, cuando aun Victorio Macho no había
realizado su colosal obra, llega a ser incluso hasta difícil diferenciarlos. Esto
me hizo pensar en lo siguiente, si en el cerro de San Juanillo se da esa
alineación tan especial el 21 de junio, quizás en el cerro del Otero sucediera
algo similar. Sin embargo, el paso del tiempo ha eliminado buena parte de esas
pruebas, en especial la extracción de arcilla de las inmediaciones de este
segundo cerro para ser usada en la antigua Tejera de Don Cándido, ha eliminado
cualquier prueba comprobable hoy en día mediante una observación visual del
entorno. Este fue un pequeño obstáculo en mi investigación, pero que sin
embargo me llevo hasta la siguiente pista, al mirar a la ciudad de Palencia
desde el mirador del cerro del Otero, llamó mi atención un montículo mucho más
pequeño en comparación con los cerros de San Juanillo y del Otero, el conocido hoy
en día como Barredo Viejo, también por desgracia desmontado en la actualidad en
buena parte, pero del que aun por fortuna se puede apreciar su localización. Puede parecer algo
insignificante, sin embargo es la pieza del rompecabezas que comenzó a arrojar
luz para poder dar explicación a todas estas coincidencias.
Antigua fotografía en la que se observan los tres cerros. |
Hasta este momento tenía tres cerros, dos gemelos y el
tercero mucho más pequeño , pero que indudablemente llaman la atención a
cualquier persona que se acerque hasta nuestra ciudad. Los cerros también
suelen ser mencionados con otro nombre: oteros.
Quizás de nuevo la etimología de esta palabra pudiera
aportarme alguna nueva pista. La palabra otero hace referencia a un pequeño
monte o cerro aislado proviniendo de la palabra latina altarium, término que se
utilizaba para referirse a cualquier cosa aislada y elevada, primera definición
que cabía esperar encontrarse, pero sin embargo la misma tiene una segunda
interpretación, y es que esa palabra también se utilizaba para referirse a un
altar elevado de un templo. De esta manera otero significaría altar
elevado. Esto comenzaba a dar total
sentido a la alineación que se observa
en el cerro de San Juanillo, por todos son conocidas las famosas cuevas de San
Juanillo, situadas en su cima, que sin embargo no son tales cuevas, sino que
son una antigua ermita copia de la que a día de hoy aun se conserva en el cerro
del Otero, la ermita de Santa María del Otero. Por lo tanto hasta ahora tenía
las pruebas de la existencia de dos ermitas situadas en lo alto de los dos
cerros prácticamente gemelos, y de ello mi siguiente pregunta, el Barredo Viejo, cerro mucho más pequeño y más próximo a la
antigua ciudad de Palencia, al tener un acceso mucho más fácil de realizar a
pie que estos dos primeros, quizás hubiera tenido también en su cima otra
ermita, por lo que serían tres ermitas situadas en los puntos más altos de
estos tres cerros. En esta ocasión la suerte fue la que intervino para darme la
siguiente pista a seguir, y fue ojeando una antigua publicación de principios
del siglo XX en el que existía un dibujo realizado a plumilla precisamente de
esa zona de nuestra ciudad, de estos tres cerros, y cuál fue mi sorpresa cuando
en él vi representado en la cima del cerro de Barredo Viejo una construcción
similar a una ermita, la evidencia de que mi suposición inicial era cierta.
Los tres cerros más próximos a la ciudad de Palencia, cada uno tenía en su punto más alto una ermita, o lo que es lo mismo, un altar elevado en su cima, y el dato más curioso de todos, su número , tres, dato que tiene mucha más importancia de la que en un principio pueda parecer.
Los tres cerros más próximos a la ciudad de Palencia, cada uno tenía en su punto más alto una ermita, o lo que es lo mismo, un altar elevado en su cima, y el dato más curioso de todos, su número , tres, dato que tiene mucha más importancia de la que en un principio pueda parecer.
Esto me hizo comenzar a fijarme en ellos desde otra
perspectiva, si nos comenzamos a alejar
desde la distancia, sobre todo en los cerros de San Juanillo y del Otero, al
conservarse en su mayor parte su forma original, apreciamos en ellos una forma
triangular, como si de dos conos perfectos se tratasen, y de un tamaño colosal,
por lo que no pude evitar hacer una comparación que puede parecer disparatada:
desde la distancia, los cerros parecen pirámides, por lo que la comparación con
las famosas pirámides de Egipto me resultó inevitable. Todo parecía algo
totalmente disparatado, ¿pero realmente lo era?
La siguiente pista a seguir fue precisamente esa, estudiar
las características que tenían las pirámides de Egipto. Estas llaman la
atención por la precisión que se consiguió plasmar en ellas, sus lados señalan
con total exactitud los cuatro puntos cardinales, y en la mayor de ellas, de
nuevo el sol cobra especial importancia, ya que en sus caras se aprecia un
fenómeno similar al que sucede en el cerro de San Juanillo. El efecto de luz
que se produce en la famosísima pirámide de Keops es conocido como “el efecto
relámpago” , fue relatado por André
Pochan en 1973, y tan sólo ocurre durante unos breves
minutos en el momento de los equinocios de primavera y
otoño, instantes en los que sobre las caras de la pirámide se proyecta una
línea de sombra que coincide con la altura de estas.
Efecto muy similar al de San Juanillo donde el punto de salida del sol el 21 de junio está marcado en la geografía del propio cerro. Pero volvamos al detalle de la precisión en la orientación de las pirámides hacia los puntos cardinales, este era un dato que tenía que comprobar también en los cerros de nuestra ciudad. Los tres cerros en primera apariencia parecen estar en línea recta, sin embargo no es así, el cerro de San Juanillo esta ligeramente desviado hacia el oeste si le comparamos con la línea que une las cimas del cerro del Otero y el cerro de Barredo Viejo. Pero sin embargo hay otra coincidencia muy soprendente si nos fijamos en la orientación de estos dos últimos, la línea que une ambas cimas esta orientada casi con total precisión hacia el norte, ambas cimas constituían una brújula natural que permitía orientarse inmediatamente a cualquier persona que les contemplara desde la distancia.
Fotografía de la gran pirámide de Giza tomada por la Royal Air Force el 21 de marzo de 1.934. |
Efecto muy similar al de San Juanillo donde el punto de salida del sol el 21 de junio está marcado en la geografía del propio cerro. Pero volvamos al detalle de la precisión en la orientación de las pirámides hacia los puntos cardinales, este era un dato que tenía que comprobar también en los cerros de nuestra ciudad. Los tres cerros en primera apariencia parecen estar en línea recta, sin embargo no es así, el cerro de San Juanillo esta ligeramente desviado hacia el oeste si le comparamos con la línea que une las cimas del cerro del Otero y el cerro de Barredo Viejo. Pero sin embargo hay otra coincidencia muy soprendente si nos fijamos en la orientación de estos dos últimos, la línea que une ambas cimas esta orientada casi con total precisión hacia el norte, ambas cimas constituían una brújula natural que permitía orientarse inmediatamente a cualquier persona que les contemplara desde la distancia.
Hasta este
momento de mi investigación tenía una pequeña relación entre las piramides de Egipto
y los tres cerros de nuestra ciudad, por lo que decidí continuar indagando en
mi teoría.
El siguiente
punto en el que me fijé es la sorprendente alineación con las estrellas que
presentan las tres principales pirámides
de la meseta de Giza. Las tres
pirámides son un reflejo en la tierra de las tres estrellas que constituyen el
cinturón de Orión, coincidiendo su distribución práctcamente a la perfección.
Esta fue la idea más disparatada de todas, pero como el resto de suposiciones habían resultado ser ciertas, debía a su vez investigar esta última: ¿podrían los tres cerros de la ciudad de Palencia estar dispuestos de igual manera que las pirámides de Egipto teniendo una relación directa con la posición de las estrellas? Si así fuera, la importancia que un hallazgo como este sería enorme y comenzaría a reescribir toda nuestra historia.
Superposición de las tres estrellas que forman parte del cinturón de Orión y las tres principales pirámides de Giza. |
Esta fue la idea más disparatada de todas, pero como el resto de suposiciones habían resultado ser ciertas, debía a su vez investigar esta última: ¿podrían los tres cerros de la ciudad de Palencia estar dispuestos de igual manera que las pirámides de Egipto teniendo una relación directa con la posición de las estrellas? Si así fuera, la importancia que un hallazgo como este sería enorme y comenzaría a reescribir toda nuestra historia.
Debía buscar tres estrellas visibles desde Palencia que tuvieran las misma distribución que tienen el cerro de San Juanillo, el cerro del Otero, y el cerro conocido como Barrero Viejo. Para ello me fijé en las constelaciones más conocidas en nuestra tierra, y curiosamente centré mi atención en la que cualquier persona es capaz de reconocer inmediatamente, la constelación de la Osa Mayor, también conocida popularmente como el Carro, y enseguida me llamaron la atención tres estrellas de la misma por el parecido en su distribución con la de los tres cerros palentinos.
"El Carro", dentro de la constelación de la Osa Mayor. |
No podía ser, a simple vista la distribución era prácticamente idéntica, por lo que comencé a superponer las imágenes de estas tres estrellas con la imagen de un plano de curvas de nivel de los tres cerros, y realmente sucedió lo que parecía totalmente imposible, de igual manera que ocurre con las pirámides de Egipto, la cima de los tres cerros coincide prácticamente a la perfección con la posición que las tres estrellas poseen en el firmamento.
En cruces rojas la posición que ocupan las tres estrellas sobre los cerros. |
En muchas ocasiones me he referido en mis comentarios a que Palencia había perdido la luz con la que siempre había brillado, y que esa luz sería recuperada de nuevo. Esta investigación, a la que he dedicado un gran esfuerzo, comienza a colocar de nuevo Palencia en el lugar que siempre se ha merecido, tenemos algo único a nivel mundial, comparable a las pirámides de Egipto, justo en el lugar donde he denunciado una y otra vez el abandono de sus entornos y sus monumentos por parte de las autoridades, justo en el Cristo del Otero, este es el gran misterio que encierra la obra de Victorio Macho.
Los tres cerros han sido abandonados por completo, el cerro de Barredo Viejo ha sido desmontado casi en su totalidad, el cerro del Cristo del Otero ha sido olvidado realizándose en él todo tipo de actos vandálicos, y el cerro de San Juanillo se encuentra practicamente derruido en su parte más elevada.
Este es el gran
secreto que durante siglos se ha ocultado, Palencia ha ido perdiendo población
inexplicablemente, y en especial esta zona tan importante históricamente
hablando se ha dejado totalmente olvidada.
Necesito la
colaboración de todos los palentinos debido a la importancia histórica que un
descubrimiento así puede tener, mi conclusión es clara, los tres cerros en un
principio naturales fueron modelados por la mano del hombre en una época
remotísima para adquirir esa forma y sobre todo guardar esa relación geométrica
que permite realizar todas estas comparaciones en un principio increibles.
Palencia tiene un
potencial turístico e histórico incomparable con ninguna otra ciudad de España,
solicito que se tengan en cuenta estos descubrimientos y se comience a proteger
nuesto patrimonio, las pirámides
palentinas deben ser protegidas, nuestros antepasados nos dejaron un legado que
siempre hemos tenido a la vista, su mensaje estaba escrito directamente sobre
el terreno, ante nuestros ojos, ante nuestra mirada,ante todos los palentinos pero hasta ahora no le hemos sabido ni
identificar ni conservar, ha llegado el momento de comenzar a hacerlo.
Quiero terminar este artículo haciendo una nueva referencia a Victorio Macho, quien quiso descansar eternamente bajo los pies del Cristo del Otero, en el cerro que representa a la estrella Alioth, donde de nuevo hay otra coincidencia asombrosa: Alioth es la estrella más brillante de la constelación de la Osa Mayor con una magnitud de 1.76. Victorio Macho nos dejó el mayor de los misterios escrito en su obra, de nuevo a la vista de todos, el Cristo del Otero simboliza el brillo de esa estrella, y él descansa junto a ella.
ARTÍCULO RELACIONADO: "Las pirámides de Palencia, segunda parte: Victorio Macho lo sabía".