domingo, 17 de mayo de 2020

El reflejo de las estrellas: la perfección


Quiero comenzar este artículo dando las gracias a todas aquellas personas que durante mucho tiempo, contra viento y marea, han luchado lo indecible para que al fin en Palencia se comience a conocer todo lo que tenemos. Parece mentira que unos pocos, pese a nuestra ciudad se hundiera, se empeñaran en seguir sin dar a conocer lo que tenemos. Toda lucha, por imposible que parezca, siempre da sus frutos, y lo bueno de eso no es solo disfrutar de esos frutos, sino ponerlos a disposición de todos.

En mi anterior artículo, como seguro que recordaréis, me detuve en una cifra y un dato. La cifra era 33 y el dato era que la longitud de la cumbrera del tejado de la catedral de Palencia, en concreto del brazo menor de su planta de cruz latina, es exactamente de 33 metros. También os comenté la importancia que el número 33 posee en la masonería. En esta ocasión, quiero seguir relatando otra serie de datos que como siempre pasan totalmente desapercibidos al ojo humano en la inmensa mayoría de las ocasiones, pero que sin embargo, ahí están para todos aquellos que quieran y sepan verlos.




Ese dato pudiera verse como una simple casualidad, sin embargo, os voy a explicar que de casualidad no tiene nada. Si habéis observado bien la catedral, en sus laterales de su nave central existen lo que se denominan arbotantes, son unos semiarcos de piedra visibles desde el exterior que parecen estar suspendidos en el aire, pero que sin embargo tienen una finalidad arquitectónica muy clara, servir de transmisión del peso de las bóvedas de la nave central de la catedral hacia los contrafuertes y de esta manera garantizar su integridad estructural. Tened en cuenta ahora otra cosa, cada uno de los contrafuertes en los que finalizan los arbotantes está rematado por un pináculo perfectamente visible desde el aire. Resulta que esos pináculos, como podéis ver en las imágenes que a continuación van a aparecer, se encuentran separados entre sí una distancia de 33 metros, de nuevo, la misma cifra.






Resulta muy curioso que el patrón de 33 metros se repita, pero voy a ir un paso más allá. Voy a colocarme exactamente en el punto central de la cubierta de la catedral, y justo desde ese punto voy a trazar una línea recta que va exactamente hasta el pináculo del segundo contrafuerte más cercano. El resulta que lo que obtengo es más curioso aún, de nuevo 33 metros.



Y si ahora vuelvo a hacer lo mismo pero midiendo la distancia en relación al pináculo del segundo contrafuerte del otro lado de la nave central de la catedral el resultado que vuelvo a obtener es exactamente el mismo, 33 metros:


¿Qué decís ahora, os sorprende? Fijaros bien en todo lo que he dicho, porque, tal vez, no os hayáis dado cuenta, pero en todo el texto, implícitamente, he dicho algo más, y ese algo es la clave de todo.
Se puede considerar al triángulo como una forma geométrica que representa la divinidad, pero a su vez, esa forma geométrica puede simbolizar la perfección si la perfección es la regla utilizada para su construcción. Ya casi os lo he dicho, basta con unir dos conceptos: triángulo y 33. ¿Os habéis dado cuenta de lo que os quiero decir? ¿Qué diríais si en la catedral de Palencia existiera un triángulo equilátero cuyos lados midieran 33 metros? Sería la combinación perfecta entre lo divino y la maestría. Pues precisamente eso es lo que sucede y lo vais a ver en la siguiente imagen en la cual he representado  ese triángulo equilátero perfecto de 33 metros de lado. Como veis todo estaba implícito en mi texto, y ahora, le podéis contemplar explícitamente:


Llegados a este momento hay que decir que siempre debemos mirarlo todo con mucha atención e incluso ver allá donde en principio no vemos. Hasta ahora hemos mirado la catedral de Palencia desde el cielo, sin embargo, bajo su cubierta, existen otros niveles que necesariamente deben ser observados ante una evidencia tan clara como es este triángulo equilátero. ¿Qué es lo que tenemos una vez dentro de la catedral y que sustentan esos pináculos? Pues sencillamente columnas, y esto lo vamos a ver de forma muy clara en la siguiente imagen, en la que he superpuesto la imagen aérea en planta de la catedral sobre su plano cuyas líneas aparecen trazadas en negro:


Como veis los dos pináculos se encuentran precisamente sobre dos de las columnas internas de la catedral que nos posicionan dos de los vértices del triángulo. Sin embargo os estaréis preguntando, ¿y el vértice que falta? Fijaros bien, porque en la imagen aparece también reflejada en la parte central la cripta de San Antolín, el nivel más bajo de la catedral, ya no sobre suelo sino bajo suelo, y precisamente, en la zona donde se encuentran las dos columnas de la parte más antigua de la cripta, la zona visigoda, es donde se encuentra ubicado el vértice superior del triángulo equilátero de 33 metros de lado.

Os puede parecer sorprendente, pero seguro que recordaréis algo que hace ya tiempo publiqué en este mismo blog, en una entrada titulada “El secreto de la luz, los orígenes de Palencia”. En él hablaba precisamente de la cripta de la catedral, el cerro de San Juanillo, el soslticio de verano y el sol.  Haciendo un poco de memoria he de recordar que el eje mayor de la cruz latina que dibuja la planta de la catedral de Palencia indica precisamente, si miramos en sentido al ábside, el punto de la salida del sol en el solsticio de verano, es decir, el día más largo del año, día en torno al cual se celebra la festividad de San Juan Bautista. La dirección que posee ese eje es exactamente la misma que posee la subida de menor pendiente del cerro de San Juanillo, en cuya cima,  a día de hoy, se conservan las ruinas del antiguo eremitorio de San Juan. Realizado este pequeño recordatorio, he de citar el fenómeno que ese mismo día se produciría en la cripta de San Antolín si la catedral no estuviera construida sobre ella. El sol entraría por una de las aperturas que posee la parte visigoda de la cripta e iluminaría su interior tal y como se puede ver en la siguiente imagen que también publiqué en su momento en este mismo blog:


Como veis, la luz del sol entraría en la parte ubicada en la zona central superior limitada por esas dos columnas e iluminaria la zona de la parte visigoda de la cripta que se encuentra limitada por esas dos líneas amarillas en la imagen.  Bien, esto ya os lo había contado, no es nada nuevo, pero en esta ocasión os lo voy a mostrar desde otro ángulo de vista. Voy a volver a la vista en planta del conjunto de la catedral y voy a iluminar la zona exacta que quedaría iluminada durante la salida del sol en el solsticio de verano, es la siguiente:


Ahí lo tenéis, el triángulo equilátero de 33 metros de lado y justo en lo más alto la luz del sol, ¿os recuerda a algo? Estoy seguro de que sí, ¿os recuerda a esto?


Es el billete de dólar, ¡curioso verdad!, una pirámide y en su parte superior un ojo irradiando luz. Pero no nos tenemos que ir hasta Estados Unidos para que nos recuerde a algo mucho más cercano. Recordad una frase: “Victorio Macho lo sabía”. Mirad al corazón del Cristo del Otero, ya sabéis que está hecho con teselas, sumando en su totalidad las que dibujan el corazón como las espirales que lo rodean la cifra de 666, pero no os fijéis en eso ahora, sino  en otra cifra, y es que cada lado del corazón está formado exactamente por 33 teselas:


Es exactamente  el mismo número que, expresado en metros,  longitud tienen los lados del triángulo equilátero oculto en la catedral en cuya parte central superior brilla el sol al igual que, como bien sabéis, en lo alto de los cerros del Otero y de San Juan brilla la estrella Alioth, tal y como Victorio Macho dejó reflejado en su prodigioso mosaico cuya parte central circular, precisamente la que simbolizaba ese brillo, fue destruida durante los trabajos de “restauración” del Cristo del Otero hace ya algunos años:


Llegado a este punto tengo que comentar otro dato que de nuevo ya he dado implícitamente. La punta del triángulo equilátero de 33 metros de lado existente en la catedral indica la posición por la que sale el sol en el solsticio de verano, sin embargo, si miramos en sentido opuesto, observaremos el lugar exacto del horizonte por el que se pone el sol en el solsticio de invierno. Ambos fenómenos solares están marcados por el eje mayor de la planta de la catedral, pero, si ese triángulo hace clara alusión al día de San Juan Bautista, ¿existirá algún otro símbolo en la catedral que haga referencia al día de San Juan evangelista, es decir, el solsticio de invierno, el día más corto del año? Sobre ello algo he comentado ya en otros artículos, pero esta vez voy a proseguir analizando el plano de la catedral. Si un triángulo equilátero de 33 metros de lado señala el solsticio de verano, ¿pudiera pasar exactamente lo mismo con el solsticio de invierno?

Fijaros en la siguiente imagen, de nuevo he unido la zona en la que, si no hubiera cubierta, irían colocados otros dos pináculos sobre la catedral. En su lugar lo que hay son dos columnas rematadas por el tejado. La distancia de nuevo de esa línea recta es de 33 metros. Hecho esto, he trazado dos líneas rectas, cada una de ellas de 33 metros, de forma que se cree un triángulo equilátero de nuevo de 33 metros de lado. A simple vista, no hay nada en el vértice del triángulo que se obtiene sobre la cumbrera de la nave mayor de la catedral. En este caso resulta un poco más difícil de ver lo que ese triángulo encierra, sin embargo, cuando se ve, se explica absolutamente todo:



Para explicároslo mejor he señalado con un círculo rojo el punto sobre la cumbrera que coincide con el vértice inferior del triángulo equilátero y le he denominado punto P:


Aquí es donde hay que abrir bien los ojos y mirar tanto cielo como tierra, puede parecer magia pero no lo es. En primer lugar voy a superponer las fotografías aéreas de la catedral con cada uno de los triángulos equiláteros que anteriormente os he explicado obteniendo como resultado esto:



¡Qué curioso! Un símbolo que seguro que enseguida todos reconocéis, el hexagrama  o forma geométrica también conocida como “estrella de David”, pero un hexagrama cualquiera sino uno demasiado especial precisamente por la medida de los lados de los dos triángulos que le constituyen, y que como ya sabéis es de 33 metros.

Perfecto, hasta aquí bien, pero estaréis pensando, vale, muy bien, pero... ¿y su vértice inferior, ese punto P, qué es?, ¿por qué aparece sobre donde en principio no hay nada? Voy a remarcarle de nuevo ya en la forma del hexagrama:




Ahora voy a explicaros la razón de ese punto P. Aquí es cuando hay que abrir muy bien los ojos y mirar muy bien, puesto que parece magia pero no lo es. En la siguiente imagen vais a ver superpuesta la fotografía anterior de forma semitransparente con el plano de la catedral en el que se observa tanto el interior de la catedral como la cripta de San Antolín. Fijaros muy bien:



¿Lo veis? Os remarco de nuevo el punto para que lo observéis mucho mejor:


Seguro que ya lo veis, en punto P se sitúa entre las dos columnas que señalan el inicio de las escaleras de bajada a la cripta de San Antolín. Es decir, tenemos una estrella de David o hexagrama formado por dos triángulos equiláteros de 33 metros de lado cuyo vértices están representados de la siguiente manera: 4 de esos vértices corresponden a 4 columnas de la catedral, el vértice superior se sitúa en la zona de las dos columnas de la cripta visigoda de la catedral justo por encima de las cuales y en el día del solsticio de verano el sol iluminaría la parte superior de ese hexagrama, mientras que el vértice inferior, ese ya conocido “punto P”, está justo en la zona donde se encuentran las dos columnas y a partir de las cuales comienzan las escaleras de bajada a la cripta de San Antolín.

¿Os ha sorprendido? Tan solo quiero deciros algo más, fijaros en el culto al sol que está implícito en la catedral, fijaros de qué forma está construida y en la simbología que esconde. Todas esas medidas parten de algo que en Palencia tenemos más que abandonado, los cerros del Otero y de San Juanillo. Tened en cuenta otra cosa que seguro que también os va a sorprender, si buscáis información sobre el hexagrama comprobaréis que igualmente se le asocia a la cifra 666 al poseer 6 puntas en su parte exterior, 6 triángulos en su corona y 6 lados en su hexágono interior. Por lo tanto, de esa forma, en la catedral y siempre tomando como parte clave la cripta de San Antolín, tenemos representadas dos cifras, 666 y 33. Si ahora recordáis mi anterior artículo y dividís 666 entre 33 obtendréis como resultado 20,181818... ¿Recordáis cuál es la altura del Cristo del Otero según el proyecto de construcción? Era de 20,20 metros. Y una cosa más, ¿recordáis la distancia que hay entre el Cristo del Otero y el eremitorio de San Juanillo? Esa distancia es de 666 metros. Un juego de cifras maravilloso y perfecto solo entendible por aquellos maestros constructores que conocían lo que eran los cerros y plasmaron a su vez en las piedras de la catedral un mapa oculto y solo visible  a la vista de aquellos que sabían y saben leer la piedra y que ahora hago público puesto que el saber ha de ser puesto a disposición de todos y no solo de unos pocos.

Victorio Macho lo sabía, Victorio Macho fue enterrado donde solo se entierra a los maestros, Victorio Macho fue olvidado y abandonado por aquellos que saben que nunca pueden hacerle sombra porque su mensaje perdura a su existencia, sale a la luz y brilla con la misma intensidad que lo hace Alioth.

Por el arte se alcanza la inmortalidad, por el arte se llega a Dios, allá donde esté el intelecto estará el tesoro.

domingo, 3 de mayo de 2020

La Maestría

Hoy, en esta nueva entrada de este blog, quiero hablaros de nuevo de Victorio Macho, como bien sabéis, conocidísimo escultor palentino enterrado a los pies del Cristo del Otero, en la antiquísima ermita de Santa María de Otero, ermita rupestre  excavada bajo la cima del histórico cerro del Otero.
Durante los años que llevo sacando a la luz lo que los cerros de san Juanillo y del Otero  encierran han sido muchas las preguntas que me han realizado, varias de ellas referentes al propio escultor Victorio Macho.
Fue el 24 de junio de 2018 cuando a través de una publicación de este mismo blog titulada “Egipto en Palencia, Palencia en Egipto” di a conocer, para todos aquellos que no los sabían, que Victorio Macho fue encausado por el tribunal especial para la represión de la masonería y el comunismo en España. Una de las preguntas que me han realizado en varias ocasiones es que si Victorio Macho era masón, hoy, voy a responder a la misma. Victorio Macho perteneció a la logia matritense número 12 en la que tenía el nombre simbólico de Cantero.




La logia matritense se denominó inicialmente por sus miembros como “Logia de Madrid”, fue fundada el 15 de febrero de 1728 por el ex Gran Maestre de la Gran Logia de Inglaterra, siendo también denominada como “French Arms” o “Tres Flores de Lis”.

Ante lo que he ido publicando durante todo este tiempo nada de esto os debe sorprender. Es curioso contemplar el escudo de la logia La Matritense, la escuadra y el compás, claros símbolos masónicos, y a su alrededor tres flores de lis.


Un momento, ¿tres flores de lis? ¿Nos os suena de algo? Si sois de Palencia o la conocéis puede que sí, seguro que sí que os suena. Resulta que ese mismo escudo aparece en el logo de la catedral de Palencia. ¡Qué curioso!




Pero es evidente que falta algo, falta el símbolo claramente masónico, faltan la escuadra y el compás. Bueno, como en muchas otras ocasiones podéis pensar que es simple coincidencia, algo sin más importancia, pero la sorpresa viene cuando se mira con un poco más de atención a lo que como siempre tenemos en Palencia ante la vista de todos y nadie ve. Que ese sea el escudo de la catedral de Palencia  es una pista, y si la seguimos encontraremos  algo que puede que aclare esta situación. ¿Qué os parece si nos vamos al Palacio del Obispo? No está demasiado lejos de la catedral, a pie en unos pocos minutos desde la catedral llegamos hasta él. Es un edificio realizado en piedra de aspecto sobrio, y si no prestamos mucha atención nos puede impresionar por sus dimensiones, pero nada más. Ahora, la clave está en saber mirar, recordad la palabra que he dicho, “clave”, hay que saber mirar, así que vamos a mirar la “clave”. Por si alguien no lo sabe es la dovela central de un arco, es decir, la piedra central del arco gracias a la cual ese arco se mantiene en equilibrio oponiéndose a la fuerza de la gravedad. Fijaros en la doble interpretación, la “clave”. Si nos colocamos frente al Palacio del Obispo vamos a ver en uno de sus laterales un portón de acceso, y justo detrás de ese portón una construcción con una puerta de entrada flanqueada en todo su contorno por piedra.


Fijaros en la parte superior de esas piedras, para que no se vengan abajo por acción de la fuerza de la gravedad sus laterales terminan formando ángulos. Existe simetría en ambos lados desde su parte central, centro en el cual se encuentra la piedra denominada clave, y es que, fijaros bien, si retiramos esa piedra las restantes se vendrían abajo. Ahora seguro que pensáis, ¡bien, ya a vemos, pero en la clave no hay nada, es una piedra lisa, sin más importancia!, pero, ¿estáis seguro de ello? Recordad, hay que abrir muy bien los ojos para verlo, prestad de nuevo mucha atención. Fijaros en la puerta de madera y mirad a su parte superior central. ¿Veis que tiene una decoración en forma trapezoidal?







Seguro que ahora sí que la veis y podéis contemplar que simula la prolongación de los laterales de la piedra clave de la construcción, y no solo eso, sino que en esa parte central, es decir,  en la clave, existe un dibujo tallado, ¿os suena? La escuadra y el compás, claro símbolo masón en las instalaciones del Palacio del Obispo. Ahora ya queda lo más sencillo de todo, si juntamos el escudo de la catedral que posee tres flores de lis con la escuadra y el compás que hay en el Palacio del Obispo, ¿qué obtenemos? Ni más ni menos que el escudo de la logia masónica La Matritense.
Pero falta todavía una cosa, y es que en el escudo de la logia aparece una letra G. Según aparece en el Museo Virtual de Historia de Masonería : “En algunos rituales de la Masonería operativa, la letra G está figurada en el centro de la bóveda (estrella polar); una plomada suspendida de esta letra G cae directamente en el centro del suelo que representa el polo terrestre. En el catecismo de Compañero, la letra G se asocia con la Geometría, ciencia que se identifica con Dios (“Gran Geómetra”) como con la Masonería (manuscritos antiguos).” (https://www2.uned.es/dpto-hdi/museovirtualhistoriamasoneria/19simbolismo_masonico/letraG.htm).

Aquí la palabra es bien clara “Geometría”, seguro que no os sorprende, seguro que recordáis la geometría de los cerros del Otero, San Juanillo, Barredo Viejo y Pata de Lobo que expliqué en anteriores publicaciones, pero en esta ocasión la relación es muy evidente, geometría, masonería y Dios.
Llegados a este punto quiero compartir con todos vosotros parte de un poema que el poeta Tomás Morales dedicó a Victorio Macho. La estrofa es la siguiente, prestad mucha atención:

Loor a ti, maestro,
que el pensamiento acoplas con el dominio diestro;
e infundes a tus bloques con pródiga medida,
igual que un dios magnánimo, multiplicado y fuerte,
los dos extremos polos de la verdad habida:
¡Al monumento: Vida,

Y en el sepulcro: Muerte...!"

Con esto me estoy remontando al año de 1.921, 10 años antes de que fuera terminado el Cristo del Otero, obra maestra del gran Victorio Macho. Tened en cuenta una cosa, el Cristo del Otero, esa imponente escultura monumental, pese al tiempo pasado continúa siendo fiel reflejo de la vida, mientras que a poca distancia de él yace en su sepulcro Victorio Macho representando esa muerte...
En ese poema se menciona indirectamente la habilidad que Victorio Macho tenía para esculpir los bloques de piedra, hablando claramente de su “pródiga medida” “igual que un dios magnánimo, multiplicado, fuerte”.

Quedaros con esa última expresión  de momento, porque ahora voy a volver a esa letra “G” de Geometría. El 666 es un número que ya conocéis, que está presente en los cerros de Palencia, en los monumentos repartidos por nuestra ciudad e incluso en las pirámides de Egipto. Quiero recordaros un dato, la altura de la escultura del Cristo del Otero, que había de tener, según  proyecto, una altura de 20,20 metros, exactamente la misma que la gran esfinge de Guiza. Ahora quiero hablaros de otra cifra, en concreto del número 33. 33 son las teselas que delimitan cada uno de los lados del corazón del Cristo del Otero, pero, ¿por qué 33? Cité ya algo relativo a este número cuando hablé de las pirámides de Egipto y la Esfinge  de Guiza, y en esta ocasión, voy a contaros algo más. Si tenemos en cuenta los grados de la masonería según el rito escocés antiguo y aceptado, existen 33 grados, correspondiendo el grado 33 al Soberano Gran Inspector General de la Orden.
Bien, una  vez dicho esto, os recuerdo la frase del poema: “pródiga medida” “igual que un dios magnánimo, multiplicado, fuerte”.

El Cristo del Otero es evidente que representa a un dios magnánimo, fuerte al estar realizado en hormigón armado recubierto de granito y mármol. Ahora tan solo queda un adjetivo  más por explicar, “multiplicado”. Está muy claro, basta con interpretar el texto de manera literal y hacer una operación matemática con la altura de esa divinidad y el máximo grado en la masonería, esa operación es una simple multiplicación: 20,20 x 33 = 666,6 .

Curioso, ¿verdad? De nuevo aparece la cifra 666, esta vez con un seis más. 666 metros es la cifra que se repite en nuestra ciudad al ser la distancia que separa esculturas muy conocidas como son la estatua de María Inmaculada (plaza junto a la catedral) de la columna en acero corten ubicada junto a la entrada del edificio de usos múltiples de la Junta, al lado de la avenida de Simón Nieto. También es la distancia existente entre el palomar de los Jardinillos y el monumento a los artistas ubicado en la rotonda de la avenida de Santander, y también es la superficie que tiene la rotonda de la plaza de León, junto a los Jardinillos (666 metros cuadrados).

Bueno, pues llegado a este punto os tengo que dar un nuevo dato y que tiene como referente una construcción muy conocida por todos los palentinos, me  estoy refiriendo a la Casa Pequeña del Monte El Viejo. Otra vez hay que partir del lugar de origen, ese lugar es el que señala el nacimiento del sol en el solsticio de Verano, es decir, el cerro de San Juanillo, con el antiguo eremitorio de San Juan en su cima, declarado parte integrante del Conjunto Histórico de la ciudad de Palencia, declarada a su vez Bien  de Interés Cultural. Esta vez basta con medir la distancia existente entre el cerro de San Juanillo y el centro de la Casa Pequeña del Monte El Viejo. ¿Sabéis cuál es? 6666 metros.




No quiero ser muy extenso en este artículo, pero aún queda mucho por saber, y por ello quiero anticipar algo que de nuevo siempre ha estado a la vista de todos y nadie ha visto. ¿Recordáis las cruces en lo alto de dos de los depósitos de la estación depuradora de aguas residuales de Palencia? Estaban a  la vista de todos y nadie las veía. Pues bien, tened muy en cuenta todo lo que he dicho sobre la masonería y la catedral de Palencia, y de todo ello recordad una cifra: 33. Si miramos la catedral de Palencia a vista de pájaro vemos que su forma en planta es de cruz latina.

Fijaros en la lima del tejado de su brazo menor, la línea horizontal ubicada en lo más alto del tejado que une dos de sus vertientes. Ahora es cuando de nuevo viene lo sorprendente, la longitud de la lima del tejado es de 33 metros:




Aquí he de poner fin a este nuevo artículo, es mucho lo que se ha contado pero mucho más lo que se ha ocultado. Victorio Macho simplemente está olvidado y abandonado porque lo sabía, pero quien sabe, nunca muere, porque su saber perdura tanto como el tiempo.

LO MÁS BONITO ESTÁ TODAVÍA POR SER CONTADO,
RECORDADLO.