Hasta ahora en los anteriores artículos me he centrado en
los tres cerros que han llegado hasta nuestros días, el cerro del Otero, el
cerro de San Juan y el de Barredo Viejo, con la excepción de que este último
cerro también ha sido desmontado en su mayor parte.
De la prolongación del cerro del Otero, la conocida como
“Pata de Lobo” apenas he hablado, tan sólo ha sido mencionada en el artículo "Los cerros de la catedral, cuando la historia va mucho más allá de lo que nos han contado" en el cual se reflejaba como también ese cerro aparecía
representado en uno de los frescos de los laterales del coro de la catedral de Palencia.
Realizando un resumen rápido de lo publicado sobre estos tres cerros, teníamos los siguientes datos:
Realizando un resumen rápido de lo publicado sobre estos tres cerros, teníamos los siguientes datos:
-El cerro del Otero y el cerro de San Juan son dos cerros
idénticos en altura y proporciones, pudiéndose trazar una línea entre sus cimas
de longitud 666 metros.
-Si se traza una línea entre las cimas del cerro del Otero y
el de Barredo Viejo, dicha línea indica la dirección norte-sur con gran
exactitud.
-Si se superponen las posiciones de las estrellas de la Osa
Mayor Alioth, Megrez y Mizar con las posiciones de los cerros del Otero, de San
Juan y de Barredo Viejo respectivamente, las posiciones coinciden.
-Si se traza una línea siguiendo la subida de menor
pendiente al cerro de San Juanillo, dicha línea señala la posición de la salida
del sol en el solsticio de verano, lo cual también sucede si se sigue el eje
mayor de la catedral de Palencia.
Estos son datos dados a conocer en anteriores publicaciones,
y ahora es el momento de averiguar si algo similar puede suceder con la
prolongación del cerro del Otero, es decir, la Pata de Lobo.
Si los cerros que desde siempre han sido vistos desde
Palencia son algo más que simples cerros, es decir, forman parte de un complejo
diseñado a propósito, dicha prolongación también debería guardar un orden como
guardan los otros tres cerros.
Por desgracia, la Pata de Lobo ha sido desmontada en su
totalidad, por lo que realizar un análisis físico y visual sobre el terreno hoy
en día es imposible. Así que para realizarle, necesitaba datos de ello,
como podía ser un plano de curvas de nivel de la Pata de Lobo, ya que en él estaría la
base para tratar de realizar un estudio del mismo.
Y por fortuna dicho plano existía, así que ya sólo faltaba ponerse a realizar ese estudio.
Y por fortuna dicho plano existía, así que ya sólo faltaba ponerse a realizar ese estudio.
Parte del trabajo estaba hecho, si las cuatro elevaciones
forman parte de un mismo conjunto, la lógica constructiva que se utilizaría en
ellas sería idéntica, y se reduciría a dos vertientes: orientación y
posicionamiento con las estrellas.
En el caso ya estudiado, el de Barredo Viejo y el cerro del
Otero, el posicionamiento era claro, bastaba con trazar una línea entre sus
cimas y ver que la misma indica la dirección norte-sur. En el caso que ahora
trato, tenía que hacer lo mismo con la Pata de Lobo, pero en vez de referirla
al cerro del Otero, referirla a su cerro gemelo, el de San Juan. Al trazar
una línea entre sus cimas, se obtiene una dirección que no señala a ninguno de
los cuatro puntos cardinales, estando desviada 24 grados del norte en sentido
oeste.
El dato sin más estudio parecía que no decía nada, sin embargo, dice mucho
más de lo que en principio puede aparentar. Siguiendo con el mismo
razonamiento, si el cerro del Otero y el de Barredo tienen que ver con el norte
geográfico, la nueva dirección que marca este nuevo eje también debe guardar alguna relación.
Se denomina Eclíptica al camino aparente del movimiento del Sol sobre la esfera celeste según se ve desde la Tierra. El plano eclíptico está inclinado 23.5° respecto del plano del ecuador celeste, ya que el eje de rotación de la Tierra, está inclinado 23.5° respecto de su órbita alrededor del Sol, a tan sólo medio grado de diferencia del ángulo que nos proporciona con el norte la dirección de la línea que une las cimas de la Pata de Lobo y del cerro de San Juan, obteniendo con gran precisión la inclinación del eje de rotación terrestre.
Se denomina Eclíptica al camino aparente del movimiento del Sol sobre la esfera celeste según se ve desde la Tierra. El plano eclíptico está inclinado 23.5° respecto del plano del ecuador celeste, ya que el eje de rotación de la Tierra, está inclinado 23.5° respecto de su órbita alrededor del Sol, a tan sólo medio grado de diferencia del ángulo que nos proporciona con el norte la dirección de la línea que une las cimas de la Pata de Lobo y del cerro de San Juan, obteniendo con gran precisión la inclinación del eje de rotación terrestre.
Rango de variación en la oblicuidad de la Tierra |
Y en esta ocasión este análisis proporciona mucha
más información, y es que sucede lo siguiente, que la inclinación del plano eclíptico no es fija, sino que varía periódicamente oscilando entre
los 24.5 grados de inclinación máxima hasta los 22.1 grados de inclinación
mínima en un periodo de tiempo de 41.000 años, es decir, tarda en variar su
inclinación 2.4 grados en 41.000 años, por lo que realizando un cálculo simple,
se obtiene que para variar un grado el eje de inclinación se necesita
algo más de 17.083 años.
¿Por qué motivo proporciono este dato? La explicación es
sencilla, ya que todo el complejo de los cerros ahora ya sí que comienza a
tener sentido. Un túmulo (o pirámide de base circular) se puede realizar de dos
maneras, mediante construcción, o mediante destrucción, me voy a explicar.
Todos estamos acostumbrados a que para construir algo hay
que partir de cero, desde ras de suelo, e ir poniendo los materiales
constructivos sobre él, ganando cada vez más altura, dando forma a la construcción
final. Esa sería la primera de las maneras de construir un túmulo, depositando
tierra en una zona alcanzando cada vez más altura hasta conseguir esa forma
cónica.
Sin embargo, existe otra manera de conseguir el mismo
resultado, y es partiendo de una elevación geográfica natural ya existente, e
ir desmontándola, en lugar de echar tierra, retirarla dejando únicamente sin
desmontar aquellas zonas que forman parte de la construcción final que se
quiere realizar, en este caso, dejando en pie únicamente la parte de la montaña
que hoy en día contemplamos como esos dos cerros tan característicos, es decir,
se empezaría su construcción desde arriba en lugar de desde abajo, aprovechando
la orografía natural del terreno, y con ello todas las medidas y disposiciones
de los cerros serían exactas y artificiales, realizadas por la mano del hombre.
Partiendo de ello, surge una pregunta, si fueron realizados
de esta manera, ¿en qué época se construyeron? Hasta ahora sólo teníamos el
dato de la datación de la cerámica encontrada en el cerro del Otero, unos 4.200
años, el dato más antiguo de presencia humana comprobado a día de hoy en la
ciudad de Palencia. Pero ese dato no es suficiente si lo que pretendemos es
tratar de dar una datación de la construcción del complejo de los cerros, tan
sólo evidencia que hace 4.200 años allí hubo alguien.
Es ahora cuando tenemos que acudir a la nueva evidencia que
nos proporciona la línea que une las cimas del cerro de San Juan y la Pata
de Lobo, nos indica una desviación de 24 grados, a medio grado de la inclinación actual del eje de rotación de la Tierra sobre el eje de la órbita, es decir, si los cerros se construyeron
para que en el momento de su construcción citada línea indicara la inclinación
exacta del eje terrestre, la inclinación del mismo ha variado desde el momento
de la construcción hasta la actualidad en 0.5 grados, o lo que es lo mismo, si
de nuevo efectuamos un sencillo cálculo, obtenemos que para que el eje de la
tierra varíe en medio grado es necesario que transcurran algo más de 8.541 años, por lo que este dato nos
proporcionaría la fecha de construcción del complejo de los cerros de Palencia.
Y ahora lo que falta por estudiar es la otra vertiente, la
vertiente del posicionamiento de la Pata de Lobo en función de las estrellas.
Si de nuevo se diera esa coincidencia, todo tendría sentido, ya que todo
seguiría esos parámetros de diseño originales.
La constelación a estudiar como en el caso de los tres
cerros analizados hasta ahora es la Osa Mayor, en concreto las siete estrellas
conocidas popularmente como “el Carro”, visibles durante los 365 días al año en el cielo de Palencia al encontrarse en la región circumpolar norte.
¿Cómo se podría realizar este estudio? Para llevarle a cabo,
de nuevo hay que tener en cuenta todos los datos ya expuestos en mis otras
publicaciones, y hay algo que nunca hay que olvidar, que no es otra cosa que el
mensaje que Victorio Macho dejó plasmado en el corazón del Cristo del Otero,
destruido a día de hoy tras una “restauración” en la que se arrancaron las
teselas originales de tonos dorados del centro de su corazón que formaban un
círculo. Dicho círculo como ya publiqué representaba a la estrella de mayor
brillo de la Osa Mayor, la estrella Alioth, representada por el propio cerro
del Otero.
Corazón original del Cristo del Otero antes de la "restauración". |
Si Victorio Macho quiso descansar eternamente en ese lugar,
bajo Alioth, Alioth debía ser la clave del gran mensaje que quedó grabado en el
corazón del Cristo del Otero.
En primera apreciación, al superponer las estrellas de "el Carro"
de igual manera que hice sobre los cerros del Otero, San Juan y Barredo
Viejo, no encontraba ninguna coincidencia con la Pata de Lobo. En ese momento fue cuando recurrí al mensaje que Victorio Macho dejó escrito en el corazón del Cristo del Otero. Como recordaréis está dividido en 7 fragmentos, existiendo uno que es el doble de tamaño que los restantes situado justo en su zona inferior, representando una pirámide coronada por ese círculo destruido en la actualidad, y en su interior un número representado con teselas, el 666, exactamente el mismo número de teselas por las que está formado el contorno del corazón y las espirales que le rodean. ¿Por qué Victorio Macho se esforzó tanto en plasmar esa cifra por dos veces y precisamente en su obra maestra?
El dato que conocía es que se puede trazar una línea entre las cimas de los cerros del Otero y de San Juan que mide precisamente 666 metros, por lo que ¿pudiera haber algún significado más en el corazón que aclarara este aspecto? Ahora tenía que pensar un poco, la cifra 666, y una pirámide con una estrella en su cima en el corazón, pero dos cerros idénticos separados 666 metros. Dos cerros gemelos, por lo que ambos se pueden representar esquemáticamente mediante la misma pirámide, ¿y si esa pirámide no sólo se refiriera sólo al cerro del Otero, sino también al de San Juan? Si así fuera, la estrella en ella representada, Alioth, también haría referencia directa al cerro de San Juan.
El dato que conocía es que se puede trazar una línea entre las cimas de los cerros del Otero y de San Juan que mide precisamente 666 metros, por lo que ¿pudiera haber algún significado más en el corazón que aclarara este aspecto? Ahora tenía que pensar un poco, la cifra 666, y una pirámide con una estrella en su cima en el corazón, pero dos cerros idénticos separados 666 metros. Dos cerros gemelos, por lo que ambos se pueden representar esquemáticamente mediante la misma pirámide, ¿y si esa pirámide no sólo se refiriera sólo al cerro del Otero, sino también al de San Juan? Si así fuera, la estrella en ella representada, Alioth, también haría referencia directa al cerro de San Juan.
¿Y si la clave
fuera Alioth?, ¿y si Alioth indicara la manera en la que había que superponer el
plano estelar en el plano terrestre para que todo cobrara sentido y la
superposición coincidiera?
Bastaba con tener en cuenta este razonamiento, es decir,
superponer Alioth al cerro de San Juan, el cerro gemelo del cerro del Otero, y
ver entonces qué era lo que sucedía.
Así lo hice, y lo que observé es que la coincidencia era de
nuevo prácticamente perfecta, la posición de los cerros de San Juan, Pata de
Lobo y Otero coincide otra vez con el posicionamiento de tres estrellas de la
Osa Mayor, y de nuevo Alioth es una de ellas, siendo la que más brilla,
coincidiendo esta vez Alioth con la ubicación del cerro de San Juan, Megrez con
la de la Pata de Lobo, y el cerro del Otero con la de Phecda.
Simplemente maravilloso, quienes construyeron el complejo de
los cerros de Palencia, las Pirámides circulares de Palencia, o los túmulos de Palencia, como
cada uno lo quiera llamar, sabían perfectamente lo que hacían, sabían que su
mensaje perduraría a lo largo de los siglos, sabían que alguien sería capaz de
leerlo, hoy en día lo sabemos, y Victorio Macho también lo sabía.
En memoria de Victorio Macho, el Gran Artista Maestro
Escultor Palentino, en el año 2016, 50 años después de su fallecimiento.
ARTÍCULO RELACIONADO: La red.