Ha llegado el momento de esclarecer algo que seguro que
muchos desconocéis. Todos sabéis el
revuelo que se creó cuando dimos a conocer la existencia de los
extraterrestres en lo más alto de al archivolta superior de la Puerta de los
Reyes de la Catedral de Palencia, tanto que tuvieron que salir las autoridades
a dar su versión sobre la existencia de esas figuras. Ellos los llamaron
“aliens”, así es como les gusta referirse a ellas afirmando que fue un
“capricho” que se permitió colocar en ese lugar en los trabajos de
restauración, esa fue la versión oficial que también la mayoría conocéis. Sin
embargo, había algo que no encajaba en el rompecabezas, y es que tanto antes de
conocerse esa versión oficial como después varias personas de más de 80 años me
aseguraron que de pequeños habían visto representaciones similares en ese mismo
lugar, que incluso les llamaba tanto la atención siendo niños que pasaban por
ese lugar precisamente para verlos. Fue algo que me
asombró, incluso más que el silencio que tuvieron las autoridades hasta
que se vieron forzados a hablar en los medios de comunicación sobre ello, y
como digo, a afirmar que esas figuras se habían realizado y colocado allí
durante los trabajos de restauración.
Yo tengo la costumbre siempre de escuchar a todo el mundo y con atención, así es como se
aprenden muchas cosas, pero a la vez que lo escucho pienso en todo lo que me
dicen. En este punto quiero recuperar lo que se decía literalmente en el texto del proyecto de restauración de la Puerta
de los Reyes de la Catedral de Palencia, algo que ya comenté en su momento en
una de las entradas de este mismo blog. Lo que se decía era lo siguiente:
“En los lugares en los que haya que colocar piedra natural,
los canteros deberán cincelar la materia prima para que tenga las mismas formas
que tenían las originales. En el caso de que no esté documentado no se harán
nuevos adornos. Sólo se pretende una mejora de chapa y pintura, pero nada más.”
Como habréis podido leer el texto es bien claro, no se
harían nuevos adornos a menos que no estuvieran documentados. Aquí es cuando de
nuevo surgió la pregunta, si realmente se hicieron como contaron las
autoridades es que necesariamente tenían que estar documentados y lo que conocía
era simplemente el testimonio oral de esas personas que así lo afirmaban.
Fue en ese punto donde como siempre empecé a indagar, y otra
vez la respuesta la terminó dando quien además de escultor y maestro era un
genio. Seguro que ya sabéis a quien me refiero, se trata de Victorio Macho.
Quiero que os fijéis detenidamente en la siguiente imagen,
prestadla mucha atención antes de continuar leyendo:
Ese dibujo aparece en la portada de la obra titulada “Pícaros y Donosos” del poeta
Marciano Zurita, nacido en Palencia el 2 de noviembre de 1887 y fallecido en
Madrid el 26 de enero de 1929. Se trata de una obra de sonetos publicada en
1916, siendo el autor de su portada el
propio Victorio Macho.
Si habéis prestado un poco de atención a la imagen enseguida
habréis reconocido al gran maestro escultor Victorio Macho ataviado con capa y
sombrero, es la figura que más resalta en esa portada, encontrándose
posicionado justo delante del acceso a
una puerta de entrada que es iluminada por un farol. Con seguridad todos habéis
visto lo que hasta ahora he relatado, ahora bien, hay un dicho que dice “pon
algo a la vista de todos y nadie se dará cuenta”. Es precisamente lo que en la
mayoría de las veces sucede, que no nos damos cuenta de lo que tenemos ante
nuestros propios ojos. Prestad ahora de nuevo atención y fijaros en la zona
inferior de la portada, allí aparece el título de la obra en un pergamino
enrollado que es desplegado. Fijaros en la parte izquierda de ese pergamino ya
que en ella está representada la figura de un hombre con expresión temerosa en
su rostro, y ahora tenéis que desplazar la mirada hacia la parte derecha de la
imagen, se trata de otra figura también con cuerpo humano muy similar a la
primera, pero mirad a su cabeza, nada tiene que ver con la de un ser humano, es
muy similar a la de un reptil o una serpiente, una figura reptiliana en un
libro de 1916 precisamente dibujada por Victorio Macho, el genio que lo sabía.
¿Recordáis ahora las figuras premesopotámicas con rasgos
reptiloides datadas de hace unos 7000 años? Seguro que sí y seguro que os
empezáis a dar cuenta de todo: “En el caso de que no esté documentado no se
harán nuevos adornos”.
Simplemente “TODO ESTABA ESCRITO”, pero de tal manera que solo lo vieran aquellos que sabían mirar y ver.