De esta manera es como titulo este nuevo artículo dedicado a
sacar a la luz algo directamente relacionado con Palencia y que seguro que la
inmensa mayoría desconocéis.
En otros artículos he hablado mucho de los cerros, de Victorio
Macho y de su obra maestra, el Cristo del Otero. También he hablado de cómo
esos cerros están implícitamente relacionados con las estrellas y con Egipto, y
que todo lo que en ellos fue plasmado se extiende a lo largo y ancho nuestra
ciudad, incluida la catedral. Cerro de San Juan, recordadlo bien, que hace
mención directa a los dos solsticios del año, tanto el de verano como el de invierno,
siempre en torno a los días 21 de junio y 21 de diciembre respectivamente, días
más largos y cortos del año.
Lugar que ocupaba la cofradía de San Juan del Otero, así es
como se hace referencia en planos antiguos al cerro de San Juan o también
popularmente conocido como cerro de San Juanillo, cofradía que en la actualidad
perdura pero con otro nombre, en concreto el de “Cofradía del Santo Sepulcro y
de San Juan Bautista”, ubicada en la calle Lope de Vega. Muy pocos conocen el
origen de esta cofradía que siempre estuvo relacionada con San Juan, en otras
palabras, con el sol, el astro rey, y como ya he dicho, con los solsticios.
Los dos cerros, tanto el de San Juan como el del Otero, han
estado siempre a la vista de todos y sin embargo nadie les ha visto, me
explico, muchos siguen incluso desconociendo la existencia del cerro de San
Juanillo, y los que los conocen no saben la historia que encierran. Historia de
Palencia que poco a poco se va abriendo paso después de siglos de silencio.
Todos habéis oído hablar de la puerta de los Reyes de la
catedral de Palencia, puerta en la que se encuentran los ya también famosos
aliens rematando su archivolta superior, pero lo que quizás no conozcáis es que
esta puerta también es conocida por otro nombre, en concreto el de la puerta de
San Juan, siendo San Juan a su vez copatrono de nuestra ciudad.
Llegado a este punto quiero que os fijéis en algo que seguro
ha pasado desapercibido, y me estoy refiriendo al lugar al que va a dar esta
puerta de la catedral, es decir, la plaza de Cervantes. Como sabéis se
encuentra ajardinada en toda su parte central con dos paseos que la cruzan en
diagonal juntándose en su centro. Vamos a ver una imagen aérea de esta plaza
para que os hagáis una idea mucho mejor de lo que os quiero explicar:
Quizás esteis pensando, bueno, sí, se ve todo el arbolado de
la plaza desde lo alto, pero nada más. Recordad ahora el título de esta
publicación: “si quieres ocultar algo ponlo a la vista de todos”. Esta plaza
está a la vista de todos y sin embargo nadie lo ve. Hay que prestar por lo tanto un poco más de
atención a la imagen, fijaros en los límites de las zonas ajardinadas, están
remarcados en amarillo en la siguiente imagen:
¿Empezáis a diferenciar alguna forma ya en ella? Seguro que sí, pero antes de nada voy a
terminar de cerrar los contornos de la zona ajardinada, y lo que se ve es lo
siguiente, también remarcado en amarillo:
¿Ya comenzáis a
reconocer claramente el motivo que está representado en la plaza? Por supuesto que
sí, pero para que se vea todavía de forma más clara voy a girar la imagen y
poner una vista en planta de la plaza de Cervantes. Aquí seguro que ya no os va
a quedar duda de la forma que tiene toda la zona ajardinada de esta plaza:
¿A que ahora ya sí que lo reconocéis? Claro que sí, se
asemeja mucho a la denominada cruz patada o cruz paté y está asociada a los
caballeros templarios. Para que lo veáis mejor fijaros en esta imagen y
observad la similitud:
Seguro que ahora pensáis, bueno, una simple coincidencia...
Haced un poco de memoria, recordad las “coincidencias” de los cerros, las
estrellas, las distancias, las superficies, las cifras 666 y 326, rotondas,
esculturas, iglesias... ¿Lo recordáis? ¡Claro que sí! Y una cosa más, ¿alguien
recuerda algo que fue noticia en el año 2015 relacionado con una pintada que
apareció en una de las fachadas de la calle Santa Teresa de Jesús, muy próxima
a la plaza Cervantes? Se borró rápidamente y la pintada iba firmada por “Los
caballeros de Malta”:
Curioso, ¿verdad? Llegados a este punto voy a seguir dando a
conocer lo relacionado directamente con las cruces patadas. Si consultamos en
Wikipedia sobre este tema se puede leer lo siguiente: “La cruz paté se asocia con la Orden
de los Pobres Compañeros de Cristo y del Templo de Salomón (en latín: Pauperes
Commilitones Christi Templique Salomonici), también llamada la Orden
del Temple que en «El 24 de abril de 1147, el papa Eugenio III les
concedió el derecho a llevar permanentemente la cruz; cruz sencilla, pero ancorada
o paté, que simbolizaba el martirio de Cristo; de color
rojo, porque el rojo era el símbolo de la sangre vertida por Cristo, pero
también de la vida. La cruz estaba colocada en su manto sobre el hombro
izquierdo, encima del corazón.”
Y ahora seguro que estáis pensando, de acuerdo, muy bien,
pero... ¿y San Juan? Pues resulta que uno de los tipos de cruces patadas es la
de Malta, que también es conocida con el nombre de San Juan ,de ocho
puntas u octógona y que es utilizada desde el
siglo XII por los caballeros hospitalarios o de la Orden de San Juan de Jerusalén (llamada
también de Malta desde que el emperador Carlos V le dio en feudo esta isla en el siglo
XVI). De esta cruz existen diferentes versiones. Yo me voy a centra en una
denominada cruz patada afinada o cruz del Templo. Y puede que todavía algunos
digan, bueno, todo esto es simple casualidad, sin más. Resulta que cuando la
probabilidad de que algo sea muy improbable es muy alta, lo más probable es que
nada sea casualidad, y aquí es cuando de nuevo queda todo al descubierto,
colocado en un lugar que realmente está a la vista de todos pero nadie lo ve, y
estoy hablando de un lugar que nunca os imaginaríais. Ese lugar es la
estación depuradora de aguas residuales
de Palencia, allí hay lo que parecería imposible, quien quiera lo puede ver,
pero si va por tierra jamás lo verá, sólo se ve desde el aire y es lo
siguiente. En lo más alto de dos depósitos circulares hay dibujadas dos cruces
de Malta de la tipología que os he citado (cruz patada afinada o cruz de
Templo).
.
.
Esto no es casualidad, ni
tampoco lo son el resto de datos que he ido aportando en anteriores
publicaciones. Todo parte de San Juan, el cerro de San Juanillo, desde cuya
cima alguien pensó una vez: “si quieres ocultar algo ponlo a la vista de todos y
nadie lo verá”.
No es más ciego aquel que
no puede ver, sino el que pudiéndolo hacer no quiere ver.
Todo está por empezar
y a la vez terminar.
.·.
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