lunes, 28 de abril de 2014

Los serpopardos de la bella desconocida



Continuando el artículo anterior en el que hacía mención a los dos unicornios situados en la torre de la catedral palentina, en esta ocasión quiero referirme a una escena representada en la conocida Puerta del Obispo o de Santa María, remodelada en el siglo XV, de nuevo ubicada en la fachada meridional y a la izquierda de la torre si nos situamos mirando de frente a la catedral desde la Plaza de la Inmaculada.


Sobre la vidriera izquierda en forma de flor perteneciente a ese acceso a la catedral, se puede ver una escena de lo que parecen ser dos animales que poseen largos cuellos entrelazados, cada uno de los cuales termina en una cabeza con rasgos de dragón o de serpiente, mientras que sus garras recuerdan a las de un león o un tigre.


La escena de nuevo me resultó familiar al ser prácticamente idéntica a la criatura que se conoce como serpopardo, cuyo nombre resulta de la mezcla de serpiente (su cabeza y cuello son similares a  una serpiente), y leopardo (el cuerpo y las garras representados recuerdan a los de este animal). Y de nuevo esto nos lleva una época incluso más remota en el tiempo que a la que nos trasladamos con las gárgolas de los dos unicornios.


El primer lugar en el que se puede ver una representación muy similar a la que aparece en la catedral de Palencia  es en la conocida como “la paleta del rey Narmer” realizada sobre pizarra y decorada  con inscripciones y relieves. Datada  entre el año 3.200 y el año 3.100 antes de Cristo (su antigüedad ronda los 5.100 años), representa la unificación  del alto y bajo Egipto, y fue descubierta en 1.898 por Quibell y Green en el templo de Horus de Nejen (Egipto).
Actualmente se encuentra en el Museo de El Cairo (Egipto) y su imagen se muestra a continuación:

Paleta de Narmer


El segundo lugar en el que aparece representada una escena prácticamente idéntica es en un antiguo sello procedente de la ciudad de Uruk (Mesopotamia) y que se conserva en el Museo del Louvre. Este sello está datado con una antigüedad de entre 5.000 y 6.100 años:
Fotografía:Marie-Lan Nguyen (2010)


En esta ocasión parece que otra vez hay una relación directa entre nuestra bella desconocida y la antigua región de Mesopotamia, aunque esta vez será más difícil saber si los canteros que esculpieron esa escena en la catedral de Palencia pretendían representar esa antigua iconografía debido al paso de cinco siglos desde su realización, y ya obviamente ninguno de sus autores nos lo puede confirmar, en contraposición con la escenificación de los dos unicornios de nueva construcción que se añadieron a la torre de la catedral en la última restauración de la misma realizada  hace algo más de una decena de años.

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