Continuando el artículo anterior en el que hacía mención a
los dos unicornios situados en la torre de la catedral palentina, en esta
ocasión quiero referirme a una escena representada en la conocida
Puerta del Obispo o de Santa María, remodelada en el siglo XV, de nuevo ubicada
en la fachada meridional y a la izquierda de la torre si nos situamos mirando de frente a la
catedral desde la Plaza de la Inmaculada.
Sobre la vidriera izquierda en forma de flor perteneciente a ese acceso a la catedral, se puede ver una escena de lo que parecen ser dos animales que
poseen largos cuellos entrelazados, cada uno de los cuales termina en una
cabeza con rasgos de dragón o de serpiente, mientras que sus garras recuerdan a
las de un león o un tigre.
La escena de nuevo me resultó familiar al ser prácticamente
idéntica a la criatura que se conoce como serpopardo, cuyo nombre resulta de la
mezcla de serpiente (su cabeza y cuello son similares a una serpiente),
y leopardo (el cuerpo y las garras representados recuerdan a los de este
animal). Y de nuevo esto nos lleva una época incluso más remota en el tiempo
que a la que nos trasladamos con las gárgolas de los dos unicornios.
El primer lugar en el que se puede ver una representación
muy similar a la que aparece en la catedral de Palencia es en la conocida como “la paleta del rey
Narmer” realizada sobre pizarra y decorada con inscripciones y relieves. Datada entre el año 3.200 y el año 3.100 antes de
Cristo (su antigüedad ronda los 5.100 años), representa la unificación del alto y bajo Egipto, y fue descubierta en
1.898 por Quibell y Green en el templo de Horus de Nejen
(Egipto).
Actualmente se encuentra en el Museo de El Cairo (Egipto) y
su imagen se muestra a continuación:
Paleta de Narmer |
El segundo lugar en el que aparece representada una escena
prácticamente idéntica es en un antiguo sello procedente de la ciudad de Uruk
(Mesopotamia) y que se conserva en el Museo del Louvre. Este sello está datado
con una antigüedad de entre 5.000 y 6.100 años:
Fotografía:Marie-Lan Nguyen (2010) |
En esta ocasión parece que otra vez hay una relación directa entre nuestra
bella desconocida y la antigua región de Mesopotamia, aunque esta vez será más
difícil saber si los canteros que esculpieron esa escena en la catedral de
Palencia pretendían representar esa antigua iconografía debido al paso de cinco
siglos desde su realización, y ya obviamente ninguno de sus autores nos lo puede
confirmar, en contraposición con la escenificación de los dos unicornios de
nueva construcción que se añadieron a la torre de la catedral en la última
restauración de la misma realizada hace algo más de una decena de años.
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